¿Cómo se da vida a un libro?

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El proceso de dar vida a un libro no termina con el libro escrito. Ni siquiera empieza con la escritura del libro. De hecho, es la parte más breve de la vida del libro. En la siguiente entrada trataré de explicar brevemente los distintos pasos que da un libro, sobre todo para quien quiera meterse en el fascinante mundo de la escritura y ande un poco perdido, más o menos como andaba yo hace un tiempo.

  1. Idea: todo comienza con una idea. ¿De dónde viene esta? ¿De las musas? ¿De algún oscuro proceso del subconsciente que, a partir de las vivencias, preocupaciones, obsesiones, miedos y filias del escritor, y por un mecanismo inexplicable, da a luz una idea que le ocupará de tal manera la mente que no le quedará más remedio que escribir sobre ella? ¿Una simple ocurrencia, sin más? Pues es una muy buena pregunta. Quizá todo se mezcle. Quizá se trate, al menos en ocasiones, a un momento de lucidez, de inspiración, en el que algo más fuerte que nosotros nos impulsa a hablar sobre algo concreto.
    Yo no sabría qué responder, ya que cada caso ha sido diferente. Para Llorando sangre fue una especie de reacción hacia un cierto ambiente excesivamente milagrero. En Apocalipsis, además de querer dar más protagonismo al padre Nowak, trato un tema que siempre me ha llamado, a la vez que busco reflejar la esperanza que es inherente al cristianismo. Tengo apuntadas ideas que tuve sin más ni más, pero que vi en mi mente con una claridad pasmosa. Un poco de todo.

    Una idea sobre la que escribir
    Lo primero de todo: se te enciende la bombilla
  2. Documentación: un paso fundamental. Es la diferencia entre escribir, por ejemplo, El mozárabe o El código da Vinci. Sí, lo fácil es inventarse las cosas y vomitarlas en el libro tengan o no sentido. He puesto un ejemplo de novela histórica (aunque lo de Dan Brown es más novela de misterio histórico o pseudohistórica) porque es más fácil ver la diferencia, pero no es algo que se restrinja en absoluto a este género. Incluso en la fantasía hay que hacer una labor importante de documentación, porque lo que tenemos que conseguir es que, incluso aunque haya elementos tremendamente irreales (magia, seres extraños), tiene que haber mucho realismo para compensarlo y que resulte creíble. Y eso se consigue creando un mundo lógico, cuyos ríos avanzan como tienen que avanzar, cuyas montañas no surgen en lugares imposibles. Las leyes físicas seguirán existiendo. Quizá redefinidas, quizá diferentes, pero siempre actuando de forma coherente. Si tus personajes pelean, tienes que documentarte sobre cómo es una pelea, los daños que se producen y cómo, sobre las armas que utilicen, su uso y manejo, algo de estrategia militar si hay batallas, ropa y costumbres de la cultura en la que te estés basando…
    Documentándose
    Documentarse es una aventura en sí misma
  3. Planificación: este es un punto más relativo, porque depende de cómo el escritor se siente más cómodo y se desenvuelve mejor. Tradicionalmente se considera que hay dos tipos básicos de escritor: el de mapa y el de brújula. Simplificando: el de mapa sería el que prefiere planificar cada detalle de la historia. Procura no dejar ningún cabo suelto. En cambio, el de brújula prefiere ir descubriendo la historia a la vez que los personajes. Ninguna de las dos opciones es mejor que la otra, y hay toda una gama de posibilidades entre ellas. Como ejemplo paradigmático de escritor de mapa podemos considerar a Orson Scott Card. Un buen ejemplo de escritor de brújula sería Stephen King. Yo, por mi parte, soy más de brújula que de mapa. En toda la ficción que voy escribiendo tenía un punto de inicio, un punto al que llegar, y he ido dejando que los personajes desarrollaran la historia. Sin embargo, tengo un proyecto entre manos que tengo que planificar si no quiero perderme. Pero no creo que lo planifique absolutamente todo, lo más probable es que tenga algunos hitos y pase a la brújula entre ellos.
    Planificando el libro
    A veces la planificación puede ser un poco exasperante
  4. Escritura: el siguiente paso, por fin, es escribir. Esto incluye escribir borradores, revisarlos, corregirlos, incluso reescribirlos, en un proceso que puede llegar a ser agobiante si no te lo tomas con filosofía. Es buena idea contar con alguien de confianza que lo lea y te ayude a corregir tanto en lo gramatical y ortográfico como en la coherencia de la historia. Muchas veces alguien diferente a ti ve antes errores del tipo “Pepe era moreno al principio y ha pasado a ser rubio en el capítulo diez” que tú mismo, porque, seamos realistas, a la hora de leer tu propia obra muchas veces vas a leer lo que quieres leer, no lo que pone de verdad. En este punto cada uno lo hace como quiere y puede. Desde los que escriben a máquina y luego se aprovechan de algún “esclavo” que se lo pasa a ordenador hasta los que escriben en el móvil aprovechando viajes en transportes públicos. Muchos escriben directamente en un procesador de textos, como Microsoft Word. Otros preferimos programas más orientados a organizar con facilidad el escrito, como Scrivener. Lo importante es sentirse cómodo con lo que se utilice y que te dé lo que necesites.
    Escribiendo tu libro
    Esta cara se te pone cuando por fin avanzas con la escritura de tu libro
  5. Maquetación y edición: Una vez escrito, corregido, vuelto a corregir e, importante, registrado, toca tomar más decisiones. ¿Autoedición, edición tradicional, enfoque híbrido? Cada opción tiene sus ventajas y sus inconvenientes, y ya hablaremos de ello un poco más en profundidad más adelante. Lo que tiene que quedar claro es que el libro tendrá que ser maquetado, tendrá que tener una cubierta y tendrá que ser editado. Puede que lo tengas que hacer tú o que lo haga la editorial o la imprenta, según la opción elegida. Yo, por mi experiencia maquetando mis libros, puedo decir que es un trabajo que lleva tiempo y que implica paciencia.
    Si tienes una editorial mínimamente decente, habrá algo de distribución por librerías (lo que no quiere decir que tus libros estén visibles en ellas, ojo). Ten en cuenta que, para dar presencia a un libro en todas las librerías de España, hace falta una tirada bastante enorme. Salvo que seas una auténtica revelación y te fiche una gran editorial que esté dispuesta a invertir en ti, no va a ocurrir.

    Maquetando el libro
    Intentando ajustar los párrafos, líneas viudas y huérfanas, etc.
  6. Promoción: algo de lo que no te vas a librar va a ser la promoción de tu libro. Lo siento mucho, pero te va a tocar. Esto es todo un mundo. Desde la creación y el mantenimiento de tu plataforma de escritor (que, por cierto, deberías haber ido preparando tiempo atrás) hasta el uso de las redes sociales, presentaciones físicas, y todo lo que se te ocurra para darte a conocer a ti y a tu libro. Eso sí, sin ser cargante. ¿Qué ocurre cuando alguien de una compañía de teléfonos no para de llamarte para venderte su oferta? Que acabas bastante cabreado. Pues imagínate si lo que se recibe de ti es un “compra mi libro” de forma continua, como si no tuvieras más capacidad de conversación.
    Sin embargo, esta misma táctica puede ser más sibilina. A veces, algunos autores se unen para promocionar los libros de los otros. No me parece honrado, salvo si de verdad se leen los libros de los demás y de verdad les han gustado lo suficiente. Y, por supuesto, siempre sin resultar cansino. Recuerdo que cierta autora se molestó bastante porque no quise participar en algo como esto, pero es que recomendar un libro del que no sé nada no me parece honrado.
    Te decía que no te vas a librar de esto, y es que todavía hay quien cree que la editorial va a promocionarles. Bueno, en algunos casos promocionarán un poco al autor. Hasta que llegue la próxima novedad. En la mayoría de los casos, no les promocionarán en absoluto. Así que sí, va a depender de ti.

    Marketing para escritores
    Preparando mi próxima campaña de promoción
  7. El sueño de los justos… o no: decía que, si tienes suerte, la editorial hará promoción de tu libro hasta que llegue la próxima novedad. Y es que la vida del libro es muy corta. O puede serlo. Hay muchos, muchos títulos. Muchísimos más que lectores. Si tu libro no ha funcionado bien desde el primer momento, la editorial no va a gastar más esfuerzos. Es una empresa y tiene que obtener beneficios. Después de un año, tu libro será olvidado por la editorial. Ya será un libro viejo. Sí, así como suena. Si no ha sido un éxito de una cierta duración, tu libro dormirá el sueño de los justos.
    Una vez más, dependerá de ti seguir recordando a los lectores que tus libros anteriores existen. Y una buena forma de hacerlo es, precisamente, escribir más libros. Si consigues que alguien se interese por un libro tuyo, es más fácil que se interese también por los anteriores. A ti te habrá pasado, ¿verdad? Lees un libro de un autor que no conocías, te ha encantado y te has puesto a buscar sus demás libros. La idea es conseguir eso.

    ¿Sigo escribiendo?
    ¿Sigo escribiendo o me dedico a cultivar champiñones?

No te voy a engañar, la enorme mayoría de los escritores cae por el camino. Ya no es que la carrera de escritor sea más una maratón que una carrera de velocidad, es que es la carrera espacial partiendo de que no tienes más que un globo y un mechero. Y no, aguantar no va a hacer que tengas éxito automáticamente. Tampoco te puedo decir cómo se consigue tener éxito, porque yo mismo no lo tengo. Y, aunque lo tuviera, lo que me haya servido a mí no tiene por qué servirte a ti, somos personas totalmente distintas. Por cierto, aprovecho para recomendarte que no caigas en los cantos de sirena de cursos que te prometan escribir un superventas (también conocido como best seller), tener éxito ni cosas semejantes. Nadie sabe cómo fabricar un superventas ni cómo tener éxito. No caigas en cantos de sirena. Escribe. Escribe mucho. Escribe bien. Ese es un buen punto para empezar.

Jorge Sáez Criado escritor ciencia ficción y fantasía
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Jorge Sáez Criado tiene una doble vida: unos días escribe sobre espiritualidad y otros hace sufrir a personajes imaginarios que se enfrentan a épicas batallas entre el bien y el mal. Informático durante el día y escritor durante la noche, este padre de familia numerosa escribe historias con una marcada visión positiva de la vida sin dejar de lado una de las principales funciones de la ficción: explorar la verdad.