Liderazgo ético


Recientemente he terminado de leer el libro “LIDERAZGO ÉTICO“, de Alfred Sonnenfeld. Debo decir que se trata de una buena lectura. Y que, aunque dice verdades como puños, no le gustará a tantos jefezuelos que pululan por el mundo.

Aunque en principio está dirigido al mundo empresarial, no tiene ninguna dificultad extrapolar lo que dice a cualquier ámbito, incluyendo el familiar.

La idea es que quien, sencillamente, manda, no es un líder. Para mandar no hace falta nada más que dar órdenes y que haya alguien a quien dárselas. Por desgracia, todos tenemos experiencia de gente que sólo hace eso. Desde el típico jefecillo que llegó a tener ese puesto sin saber muy bien cómo ni por qué, pero que se lo ha acabado creyendo, hasta mandamases gubernamentales que, en cuanto llegan al poder, se afanan en hacer lo que les dé la real gana. Tampoco es líder el populista, que se dedica a tratar de “caerle bien” a la gente para que le obedezcan sin rechistar.

Como decía, eso no es un líder. El líder se distingue, precisamente, porque puede pasar como uno de los demás. Porque se preocupa por aquellos a quienes lidera. Porque quiere la realización de todos aquellos de los que es responsable. No impone a la fuerza su autoridad, sino que se la gana a diario. Es decir, alguien es líder porque sus subordinados le reconocen como tal, no por su poder ni por su capacidad de mandar de forma más o menos eficiente. Es un gran paso a dar, el de jefe a líder. Pero si se diera, ¡qué gusto daría trabajar! Y, quien dice trabajar, lo puede aplicar a los demás ámbitos.

En definitiva, un libro muy recomendable.

Jorge Sáez Criado escritor ciencia ficción y fantasía
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Jorge Sáez Criado tiene una doble vida: unos días escribe sobre espiritualidad y otros hace sufrir a personajes imaginarios que se enfrentan a épicas batallas entre el bien y el mal. Informático durante el día y escritor durante la noche, este padre de familia numerosa escribe historias con una marcada visión positiva de la vida sin dejar de lado una de las principales funciones de la ficción: explorar la verdad.