Bobby Fischer dijo que «el ajedrez es la vida«. Yo, aunque me guste el ajedrez y lo considere una de las mejores maneras de fortalecer el pensamiento lógico y la concentración, no llego a tanto. Pero sí que puedo afirmar que el ajedrez es, a veces, como la vida. O la vida como el ajedrez. Y es que, de este ¿deporte? ¿juego? ¿ciencia? ¿arte? podemos obtener valiosas lecciones. A mí se me han ocurrido las siguientes, aunque seguro que hay más. Si a alguien se le ocurre alguna que no esté en esta pequeña lista que he esbozado, que no dude en indicarla.
- Un peón puede convertirse en una dama. La pieza más humilde, con mayor limitación de movimientos, puede convertirse en la pieza más relevante (después del rey, claro) y con mayor potencia «de fuego». Pero claro, eso cuesta esfuerzo. El peón tiene que conseguir llegar al otro extremo del tablero.
- Un peón sólo puede avanzar. En ningún caso retrocede.
- Las piezas más humildes en muchas ocasiones deciden la partida.
- Eres el único responsable de tus movimientos.
- Cada movimiento tiene unas consecuencias que tienes que valorar.
- Al final de la partida, tanto el peón como el rey van al mismo sitio.
- Todo movimiento debe ser pensado y evaluado. Mejor si es «a larga distancia», previendo los siguientes movimientos.
- Tanto la lógica como la creatividad te pueden ayudar a ganar la partida. La creatividad no se salta las reglas de la lógica, no son excluyentes.
- Aunque las reglas son finitas y limitadas, cada juego siempre es diferente.
- Puede que, desde fuera, parezca aburrido o inútil. Pero si te metes en profundidad te encuentras con la belleza del juego.
- A veces, hagas lo que hagas, cualquier movimiento va a ser negativo para ti. Es un momento duro, pero quizá puedas remontarlo después.
- Si sólo te dedicas a defenderte, es casi seguro que perderás.
- Siempre hay que estar atento. La oportunidad puede aparecer en cualquier momento.
- Se aprende más de las derrotas que de las victorias.
- Siempre hay que tener en mente el objetivo a buscar.
- No se puede ganar dejándose llevar.
- Si centras tu atención en una sola parte del tablero, lo más probable es que pierdas. Hay que tener una cierta visión de globalidad.
- De poco sirven las teorías si luego no las pones en práctica.