El dolor y el gozo del Jueves Santo

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Corpus ChristiTodo confluye en esta noche de misterio, gozo y dolor. Una noche que comienza con una reunión deseada desde hacía tiempo por Jesús (cf. Lc 22, 15) en la que amó a los suyos hasta el extremo (cf. Jn 13, 1). Hoy en día, ese es un mensaje duro. Jesús es un extremista, y a los católicos de hoy no nos gusta que nos llamen algo como eso. Ni extremistas, ni intolerantes, ni nada que pueda parecer que se sale de lo normalito, de lo flojo, de lo blandengue.

Jesús, en esta noche tan dura, tan tenebrosa para Él, en un alarde de Amor, nos da tres regalos:

Jesús ama hasta el extremo de darse a sí mismo como alimento espiritual en el signo del alimento físico, en la Eucaristía. Una auténtica locura de amor. Se queda permanentemente con nosotros en cuerpo, sangre, alma y divinidad hasta el final.

También instituye el sacerdocio. Otro misterio de amor en el que establece que aquellos a los que Él elija para seguir sus pasos más de cerca y hacer de pastores de su pueblo podrán hacerle presente en sus manos, en el pan y en el vino, actuando in persona Christi. Mediante ellos hace viva su presencia en el Pueblo de Dios y lo guía, perdona nuestros pecados… El sacerdocio es un misterio del amor de Dios. Quien piense en una Iglesia sin Eucaristía o sin sacerdotes, está pensando en una Iglesia de la que se ha expulsado ese amor extremo de Jesús.

Casi como colofón de todo esto, Jesús nos da un nuevo regalo: un mandamiento nuevo. Que nos amemos los unos a los otros como Él nos ha amado (cf. Jn 15, 12). Un regalo exigente, que implica llegar a dar la vida por los amigos, tal como Él mismo hará poco después. Jesús nos enseña lo que es el amor, su exigencia y su grandeza. Él limpia los pies a Pedro y a Judas, sin distinción. Ama a quien será la cabeza de la Iglesia y a quien le va a traicionar por unas monedas. ¿Somos nosotros así? Es un buen momento para reflexionar. No se trata de un sentimentalismo vano, sino de un compromiso que atañe a toda la persona. Si quiero seguir a Cristo, debo amar como Cristo. Incluso si el sentimiento no acompaña. Y esto es así porque Él nos amó primero.

En la noche del Jueves Santo, Jesús suda sangre ante la magnitud del sufrimiento que se avecinaba. Pero, en ese mismo momento, nos enseña cómo se hace la oración: “que no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lc 22, 42). Poco después se perpetra la traición de Judas. Traicionado por un amigo. Y no le retira la amistad (cf. Mt 26, 50), le sigue dando la oportunidad de volver a Él. Judas no lo comprenderá y se suicidará llevado por la desesperación. Pedro, en cambio, llorará amargamente su traición (porque, al fin y al cabo, negarle es traicionarle) y conseguirá el perdón de su pecado.

Jesús, que pasó por el mundo haciendo el bien (cf. Hch 10, 38), prendido como un bandido cualquiera. Juzgado con falsos testimonios. Abandonado por sus amigos.

Y, aún así, lleno de amor hasta el extremo.

Hoy, Jueves Santo, acompáñalo un rato. Acude a los oficios, a la adoración eucarística. Lee los relatos de la Última Cena y Getsemaní y medita sobre ellos. Ponte en la piel de María, imagina cómo viviría ella esos momentos.

No le abandones.

Nuevo libro, perfecto para Pascua de Resurrección

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Ser hijo de Dios llena de alegría

Tengo una gran noticia. He publicado un nuevo libro de vida cristiana, que creo además que llega en el mejor momento en el que podía llegar, a punto de entrar en la Pascua de Resurrección.

¿Por qué?

Pues porque el fin de la Semana Santa no se queda en la muerte de Cristo, tras su Pasión. Al contrario, toda ella apunta en dirección a la Resurrección de Cristo. Y, por tanto, a nuestro mismo destino como hijos de Dios. Al ser hijos en el Hijo, somos coherederos del Cielo.

Ser hijo de Dios es un maravilloso regalo del que muchas veces no somos todo lo conscientes que deberíamos. Por ello me decidí a escribir La alegría de ser hijo de Dios.

En este libro busco ayudarte a vivir la filiación divina con alegría, sabiendo que tienes un Padre que es amor, que es misericordioso. Ese es el motivo de que la cubierta tenga la escena del regreso del hijo pródigo: muestra de una forma muy gráfica cómo es Dios, siempre a la espera de que volvamos a Él, de que queramos aceptar sus dones.

Mediante un camino de 22 días, te irás introduciendo en el misterio y el gozo de saberse hijo de Dios. Tu vida cambiará para hacerla acorde al tipo de vida que debe llevar un hijo de Dios.

Te animo a descubrir La alegría de ser hijo de Dios.

Escribir desde el dolor

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Escribir desde la ansiedad, la depresión y el dolor

El ser humano, por mucho que intente escapar de ello, está unido al sufrimiento. Eso no se puede negar. Absolutamente nadie ha dejado este mundo sin haber conocido el dolor o la enfermedad. Sea en el aspecto físico, sea en el mental.

Muchas veces, es este último el que más daño puede llegar a hacer, ya que ataca a lo más íntimo, a tus pensamientos. La traición de un amigo, la ruptura de una relación, el veneno de la ansiedad y la depresión… Puedes convertirte en un mero satélite, girando una y otra vez en torno a lo que dispara ese dolor, retornando a su origen y realimentándolo, dando fuerza a la órbita de nuevo.

Centrándome en el trabajo de escritor, cuando se dan estas situaciones puede ocurrir que desaparezcan las ganas de escribir, de avanzar con los proyectos con los que, tan solo hace unos días, estabas tan ilusionado. Si se lo permites, si lo dejas avanzar, te irá robando todo lo que eres, dejando a su paso una triste carcasa vacía.

Además de pedir ayuda profesional si es necesario, como escritores tenemos la posibilidad de aprovechar ese sufrimiento y convertirlo en algo bello. O en una advertencia contra la oscuridad que puede vivir dentro del ser humano. El dolor se ha sublimado en maravillosos poemas. Nos permite crear unos personajes más reales, unas tramas que, incluso dentro de la ficción fantástica, llevan el sabor de la vida de cada uno. El lector, aunque quizá solo a nivel subconsciente, conectará con esas situaciones porque están sacadas del mundo real. Porque todos lo pasamos mal en ocasiones. A veces muy mal. Y todos tenemos una voz en el interior que, a pesar de todo, nos dice: no te rindas, hay esperanza.

Al dar voz tanto al dolor como a la esperanza, el escritor debe luchar por no ceder al primero. No es sencillo, porque podemos llegar a enamorarnos de esa sensación de tristeza y abandono. Parece una locura, y podría serlo si no se tratara de algo tan habitual. No es nada extraño que nos agarremos a lo que nos causa sufrimiento y continuemos viéndonos como víctimas. Lo fácil es dejarse llevar, seguir la inercia de los sentimientos mandando sobre el pensamiento.

Supongo que todo esto puede ser extrapolable a otras manifestaciones artísticas, pero la que conozco es la escritura. No debemos alimentarnos continuamente del sufrimiento. La imagen del escritor atormentado es muy romántica, pero muy irreal y muy poco sana. Queremos escribir, tocar los corazones y las mentes de los demás con nuestras palabras, no vivir sumidos en la desesperación y la miseria. O, al menos, no deberíamos querer eso.

La salud y la higiene mental son importantes. Y escribir desde el dolor, aunque pueda costar, tiene la capacidad de verbalizar por lo que estamos pasando, expresarlo, comunicarlo. Convertirlo en algo un poco más exterior. Y, como ocurre tantas veces en las historias de terror, una vez sabemos a lo que nos estamos enfrentando, ya no tiene tanto poder contra nosotros.

Quítale el poder a tu sufrimiento. Que no te domine.

¡Ánimo!

¿Qué son el ayuno y la abstinencia?

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Ayuno y abstinenciaEl Miércoles de Ceniza entramos en el período de Cuaresma. Este es un tiempo especial para prepararse para la Semana Santa, rememoración de la Pasión, muerte y Resurrección de Nuestro Señor.

En este período hay un par de cosas que la Iglesia nos pide y a veces no se entienden bien. Se trata del ayuno y la abstinencia.

El ayuno es no hacer más que una comida fuerte al día. En las otras puede ser algo muy ligero. Hay que guardar ayuno el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.

La abstinencia se refiere a no comer carne. Se hace los viernes de Cuaresma, el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. De la misma forma, la Iglesia también nos pide que nos abstengamos de carne el resto de viernes del año, aunque esto último puede variar según las conferencias episcopales, que pueden indicar otras prácticas de piedad. Sin embargo, la abstinencia de los viernes de Cuaresma es obligatoria, al igual que el ayuno del Miércoles de Ceniza y del Viernes Santo.

Como es lógico, los enfermos, según sus posibilidades, estarán excluidos de estas prácticas penitenciales. Igualmente, las mujeres embarazadas y las lactanctes, según las necesidades de alimentación para sus hijos. De todas formas, en caso de duda, siempre es importante consultar al director espiritual. Sin embargo, que una persona no esté obligada a esta forma de ayuno y abstinencia no quiere decir que no deba hacer ningún tipo de ayuno y abstinencia.

Pero, ¿por qué ayunar? Bueno, en la misma Palabra de Dios se nos dice la importancia de esta práctica. El mismo Cristo se retiró al desierto a orar y ayunar. Y, en una ocasión, le indicó a sus discípulos que “esta clase de demonio sólo puede ser expulsada por la oración y el ayuno” (Mc 9, 29). Además, tanto en los libros del Antiguo Testamento como en los del Nuevo Testamento, no solo los Evangelios, sino también los Hechos y las distintas cartas se le da mucha importancia a esta práctica. En los enlaces que pondré más abajo para más información se pueden ver ejemplos concretos.

El ayuno y la abstinencia son un medio de conversión. Ayudan al dominio de las pasiones (es decir, a dominarse a uno mismo) y como reparación de los pecados. Nos permiten acercarnos al sufrimiento de los demás y al del mismo Cristo, y unirnos más a ellos. Nos ayudan a darnos cuenta de nuestra debilidad y nuestra dependencia de Dios.

Tanto en el ayuno como en la abstinencia es importante la obediencia. El ayuno quizá lo vemos más claro, pero la abstinencia… Siempre hay alguien que dice que vaya tontería, que a él no le cuesta no comer carne (aunque, por propia experiencia, puedo decir que justamente esos días son los que más ganas tengo de comer carne). Pero, aparte del significado intrínseco del ayuno y de la abstinencia, se encuentra el valor de la obediencia: lo hago porque me lo pide la Iglesia. Y, si me lo pide, por algo será. La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo. Así, si pide algo concreto como modo de penitencia común para todos los católicos, debemos cumplirlo. Eso, de por sí, ya tiene más valor que si hiciéramos enormes penitencias flagelándonos todos los días en contra de lo que nos diga la Iglesia.

Sin embargo, el ayuno y la abstinencia no se tienen que reducir a eso. Si ayunamos pero realmente lo hacemos sólo por cumplir, sin querer convertirnos, sin profundizar en nuestra vida interior, tampoco sirve de mucho. Dios puede operar en el alma incluso con ese poquito, pero no deja de ser mejor buscar la conversión. ¿Y si ayunamos también de otras cosas que nos gustan y, de alguna forma, nos esclavizan? ¿Y si nos abstenemos de ese comentario insultante, de esa mirada ofensiva, de ese capricho? ¿Y si tratamos de ayudar a quienes menos tienen, tanto desde el punto de vista físico como espiritual?

El tiempo de Cuaresma es para prepararnos, para convertirnos, para unirnos más al sacrificio del Señor. No lo podemos dejar pasar como si solamente fuera una preparación para unas posibles vacaciones de Semana Santa. Porque en esa Semana celebramos lo central de nuestra fe: la Pasión y la Resurrección de Cristo.

Más información:

Y, si quieres profundizar en tu vida espiritual, te invito a ver mis libros sobre espiritualidad católica.

La Cuaresma: camino hacia la Pascua

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Miércoles de cenizaEn unos días, con el miércoles de ceniza, comenzará uno de los “tiempos fuertes” dentro del año litúrgico. La Cuaresma es la preparación para el gran acontecimiento de la Pascua, la Resurrección del Señor. Pero no se nos tiene que olvidar que sin Viernes Santo no hay Pascua. No podemos caer en el extremismo de considerar solo importante el Viernes Santo (cosa demasiado habitual) o la Pascua de Resurrección. Cristo resucitó, pero mantuvo las marcas de la Crucifixión.

Este tiempo nos invita a la conversión. En la liturgia del Miércoles de Ceniza se hace esta invitación de dos posibles maneras mientras nos imponen la ceniza: “conviértete y cree en el Evangelio” o “acuérdate de que eres polvo y en polvo te convertirás”. Hay que evitar pensar que la segunda opción sea más macabra o más tristona. Eso no es así en absoluto. Es una llamada a recordar que somos limitados, que nuestros días en la tierra no son infinitos y, por tanto, tenemos que aprovechar este tiempo para acercarnos a Cristo. Ya dice el Evangelio: “¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?” (Mt 16, 26).

Esta conversión a Cristo, que tenemos que hacer diariamente, se apoya tradicionalmente en tres fuertes pilares: ayuno, oración y limosna. Y este es un tiempo para reforzar esos pilares que, quizá, el resto del año hayan ido encogiendo sin que nos demos cuenta siquiera.

Yo traduciría esos tres pilares en: control de mi ego y mis pasiones (ayuno), relación con Dios (oración) y amor al prójimo (limosna).

Sobre el ayuno ya he hablado con anterioridad. Sólo incidir en que no tiene por qué ceñirse exclusivamente a la comida y que es importante la obediencia a la Iglesia. Pero no quiero repetir lo ya escrito.

La limosna implica dar a quien lo necesita. ¿Y qué damos? No nos quedemos sólo en el dinero. El amor es servicio, donación. Nos tenemos que dar a nosotros mismos. Eso en unos casos se traducirá en dinero y en otros en, por ejemplo, escuchar pacientemente a alguien, dar alegría a quien lo necesite… Tenemos un buen catálogo en las obras de misericordia espirituales y corporales.

Y sobre la oración, quiero compartir con vosotros una experiencia que a mí, al menos, me ha marcado, y creo que es especialmente indicada para este tiempo de conversión y penitencia. Me refiero a la primera semana de los Ejercicios Espirituales de san Ignacio de Loyola, toda ella orientada precisamente a tomar conciencia del pecado y de sus consecuencias. Recuerdo especialmente el coloquio de la primera meditación, en el que, imaginando a Cristo en la Cruz delante de mí, hay que dialogar con Él sobre lo que Él ha hecho por mí y lo que yo he hecho por Él, lo que hago por Él y lo que debería hacer por Él.

En cualquier caso, no dejemos que llegue la Pascua sin haber reforzado estos pilares. Porque, si se van reduciendo, que se caiga todo el edificio es sólo cuestión de tiempo.

Unos enlaces interesantes:
Preguntas frecuentes sobre la Cuaresma.
Ejercicios Espirituales.

Si quieres un libro que te ayude a vivir de forma más intensa la Cuaresma, echa un vistazo a Vivir el Vía Crucis.

Nuevo curso de escritura creativa online: creación de mundos

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Curso de creación de mundos (worldbuilding)

Otra buena noticia: he creado en Udemy un nuevo curso de escritura creativa para ayudar a los escritores noveles y aspirantes a escritores a crear un mundo de ficción coherente. Algo que no siempre resulta sencillo, sobre todo cuando uno está comenzando en la aventura de escribir una novela y no tiene muy claro qué hacer.

En este curso trataremos, en primer lugar, el nivel físico: continentes, montañas, ríos… Al mismo tiempo, aprenderás a dibujar el mapa para tu mundo.

Después, hablaremos del nivel sociocultural. Asentamientos, ciencia, tecnología, filosofía, religión y mucho más.

A continuación, nos centraremos en el nivel mágico. La magia es un punto importante en las obras de fantasía, con lo que no es un asunto baladí, ya que, además, introduce un riesgo elevado de deus ex machina, si no se usa bien.

Y, para finalizar, te daré algunos consejos para utilizar tu mundo al servicio de tu novela.

Si quieres echar un vistazo al curso y a las clases que aparecen de forma gratuita, pulsa en el siguiente enlace:

CURSO DE WORLDBUILDING

Y recuerda que también tengo un

CURSO DE CREACIÓN DE PERSONAJES

Nuevo libro para la Cuaresma: Vivir el Vía Crucis

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Cubierta de Vivir el Vía Crucis

El rezo del Vía Crucis es una de las mejores maneras de prepararse para la Semana Santa. En Cuaresma, se reza todos los viernes como forma de participar en el camino del Señor en su Pasión, por la Vía Dolorosa.

Pero, ¿y si no solo lo rezaras, sino también lo vivieras? Se convertiría en una experiencia transformadora. Estar presente cuando es condenado a muerte, al cargar con la cruz…

Eso es lo que te ofrezco con Vivir el Vía Crucis, mi nuevo libro para la vida cristiana.

Siguiendo el estilo de mis libros sobre el Rosario y para ayudar al encuentro con Cristo en la adoración eucarística, que ya han ayudado a centenares de personas, con citas bíblicas y reflexiones para cada una de las estaciones y finalizando con la contemplación correspondiente, en la que vivirás esa estación como si estuvieras presente en la Pasión de Cristo.

Aunque no es lo más habitual, he querido incluir la decimoquinta estación, Jesús resucita de entre los muertos, porque es el horizonte al que tiende toda la Pasión de Cristo, lo que le da sentido a nuestra fe. Ya dijo san Pablo que, si Cristo no resucitó, nuestra fe es vana (cf. 1 Cor 15, 14).

Espero que este libro te ayude a experimentar la misericordia de Dios.

Estaciones del Vía Crucis:

  • Primera estación: Jesús es condenado a muerte.
  • Segunda estación: Jesús carga con la cruz.
  • Tercera estación: Jesús cae por primera vez.
  • Cuarta estación: Jesús encuentra a María, su Santísima Madre.
  • Quinta estación: Simón ayuda a llevar la cruz de Jesús.
  • Sexta estación: La Verónica enjuga el rostro de Jesús.
  • Séptima estación: Jesús cae por segunda vez.
  • Octava estación: Jesús consuela a las hijas de Jerusalén.
  • Novena estación: Jesús cae por tercera vez.
  • Décima estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.
  • Undécima estación: Jesús es clavado en la cruz.
  • Duodécima estación: Jesús muere en la cruz.
  • Decimotercera estación: Jesús en brazos de su Madre.
  • Decimocuarta estación: Jesús es sepultado.
  • Decimoquinta estación: Jesús resucita de entre los muertos.

Disponible en Amazon tanto en versión kindle como en tapa blanda. Y gratis con Kindle Unlimited.

Resumen y estado de los proyectos 2021/2022

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Resumen de proyectos del 2021

Un superpoder raro de narices - Fantasía juvenil

Quizá lo más reseñable del pasado año dentro de la ficción fue la publicación de mi primer libro de fantasía juvenil, Un superpoder raro de narices. El público juvenil me parece, en cierto modo, más complejo que el adulto, y estoy contento de haber podido escribir esta novela. No solo escribirla, sino crear sus ilustraciones, algo que no había hecho nunca. Por cierto, la están leyendo en clase de mi hijo mayor y les está gustando. Orgullo de padre. 😀

También publiqué una novela muy especial para mí, El luchador. Una historia en la que las artes marciales tienen un gran protagonismo, pero que, en el fondo, habla de amor, redención, venganza… Si quieres saber más sobre cómo nació esta obra, puedes verlo en esta entrada: cómo nació El luchador.

Y, en el terreno de la espiritualidad católica, publiqué un libro con el que espero ayudar a mucha gente en sus ratos de adoración eucarística, Ante el Santísimo.

Por otra parte, publiqué la edición en tapa blanda de Antes de que nazcas, te quiero contar…, la edición revisada, corregida y ampliada del que fue mi segundo libro, Cartas desde el corazón a un hijo no nacido. Además, tuve la oportunidad de probar la edición en tapa dura de Amazon KDP con Meditanto el Santo Rosario y Ante el Santísimo. La verdad es que me gustó mucho el acabado.

Proyectos para el 2022

Dado que estamos hablando del futuro no puedo dar seguridades, sino lo que tengo en mente para este año que acabamos de comenzar.

En primer lugar, espero publicar un mínimo de cuatro nuevos libros. Espero que al menos dos sean de espiritualidad católica. Uno de ellos está casi terminado y el segundo está avanzando a un ritmo adecuado. Tengo la idea para un tercero, pero no sé si llegará este año o al siguiente.

Respecto a la ficción, tengo pensado sacar al menos dos libros de fantasía. Uno de ellos, que quizá también podríamos enmarcar en la ciencia ficción, solo está a falta de la cubierta. Y tengo otros dos relativamente avanzados, con lo que espero que al menos uno pueda salir este año.

Por último, también tengo planeado sacar un nuevo curso en Udemy sobre escritura creativa, para que haga compañía al que ya saqué de creación de personajes inolvidables.

Como puedes ver, mi idea es que este sea un año lleno de novedades. Te iré informando. Pero, para estar seguros de que no te pierdes ni una de mis actualizaciones, te invito a unirte a mi lista de correo.

¡Que tengas un gran día!

Reflexión en la madrugada de Navidad

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Sagrada Familia Navidad Raúl BerzosaQue las luces del árbol sean un reflejo de la alegría del nacimiento del Señor.

Que la ternura, el amor, el cariño con el que María y José miraban, cuidaban, protegían al Niño Jesús tengan fiel reflejo en nuestras vidas a la hora de tratar con los demás.

Que la paz encarnada del Niño Jesús inunde nuestras vidas.

Que el amor que se respira en el portal de Belén se transmita a nuestras vidas.

¡Ofrezcámonos a Jesús para ser sus discípulos! ¡Entreguémosle nuestra alma, nuestra vida, nuestro ser como presentes en este día en el que el mismo Dios se ha hecho Niño para nosotros!

Acompañemos al Niño Dios y ayudémosle a cargar con la cruz que nosotros le pusimos encima. Acompañemos su vida, alegrémonos con Él, riámonos con Él, esperemos en Él, tengamos fe en Él. No le abandonemos cuando vengan a prenderle. Acompañémosle, como Juan, como María, hasta el final, hasta su resurrección.

Sigamos toda su vida de cerca, porque su vida es eterna y nos transforma de raíz.

El Niño Jesús nos guarde y nos transforme.

Paz y bien.

La Luz del mundo

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Nacimiento de JesúsEn aquellos tiempos, una luz del este anunció la llegada de otra luz, la Luz de luces. Pero esta Luz no iba a llegar envuelta de vana majestuosidad, sino rodeada de pobreza y sencillez. Y esa Luz, nacida en cuerpo humano en un pequeño pueblo de una nación prácticamente olvidada por el resto del mundo, comenzó a brillar con fuerza, y encendió nuevas luces, que se dispersaron y llegaron a iluminar todo el mundo. Se intentó apagar esa Luz, pero no puede ser apagada, y nos acompañará siempre.

Los seres humanos tenemos una gran pobreza y miseria. Nos revolcamos en nuestros defectos, pensando que nos dan libertad. Sin embargo, en nuestro interior también se esconde una luz, que nos une a la Luz, que nos saca de nuestra miseria y nos da libertad.

Que seamos capaces de reconocernos pecadores, algo que tanto nos cuesta. Pero que también seamos conscientes del inmenso amor que Dios nos tiene y respondamos a la llamada que todos los bautizados tenemos de llevar la Luz de Cristo a los demás, de manera que ellos también puedan dejar de caminar en tinieblas.

¡Feliz Navidad a todos!