Cambia tus creencias limitantes

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Life coachingA lo largo de la vida programamos nuestra mente con pensamientos y actitudes hacia nosotros mismos que llevan a un cierto estado psíquico subjetivo que llamamos creencias, y que consideramos una verdad absoluta sin análisis crítico previo.

Por ejemplo, a base de etiquetas que nos ponen o que adoptamos, llegamos a unos convencimientos sobre nosotros mismos que pueden ayudarnos o no.

El problema está en las creencias limitantes, que son las que nos encierran, las que nos impiden alcanzar objetivos. Por ejemplo, una muy habitual puede ser: no soy suficiente.

Sin embargo, lo importante de todo esto es que las creencias se pueden cambiar. Las podemos sustituir por otras que nos ayuden a crecer, a avanzar, a desarrollarnos. Es decir, por creencias potenciadoras.

Eso sí, el primer paso es querer cambiarlas. Esto no es baladí, los cambios nos obligan a salir de las zonas de confort, que no tienen por qué ser lugares agradables. El mero hecho de querer salir de las creencias limitantes puede resultar tan incómodo que prefiramos quedarnos ahí, al calorcito de la cárcel.

Asumo que quieres avanzar en tu vida. De lo contrario, no estarías leyendo esto.

El primer paso es identificar el comportamiento que quieras cambiar. Por ejemplo, hago muy poco ejercicio.

A continuación, tienes que identificar la creencia limitante que te lleva a ese comportamiento. Siguiendo con el mismo ejemplo, podría ser: no tengo constancia como para hacer ejercicio con regularidad.

Después, identifica las consecuencias de esa creencia. Por ejemplo, me agoto subiendo escaleras, me cuesta mucho levantar pesos no muy grandes…

¿Cuál es la intención positiva de esa creencia? Porque no la creerías si no te aportara nada. ¿Qué es? Quizá, en este caso, podría ser protegerte de la frustración de hacer ejercicio y no ver cambios rápidos.

A continuación, dale la vuelta a esa creencia. ¿Cuál sería una creencia potenciadora contraria? Por ejemplo, soy lo bastante constante como para hacer ejercicio con regularidad.

Evalúa cómo mejoraría tu vida con esa nueva creencia: me pondría en forma, me vería mejor, tendría mejor salud, me sentiría más libre.

Evalúa cómo empeoraría tu vida con esa nueva creencia: tendría que dedicar un tiempo fijo cada día para hacer algo de ejercicio.

Evalúa cómo mejoraría tu vida con la antigua creencia, la limitante: te quedarías igual. No gastarías tiempo en ejercicio, estarías muy cómodo.

Evalúa cómo empeoraría tu vida con la antigua creencia: cada vez en peor forma, con mayor probabilidad de problemas de salud.

Ahora pregúntate cómo podrías incluir la intención positiva de la creencia limitante en la potenciadora: por ejemplo, comprobando que, en efecto, vas notando el ejercicio y cómo vas ganando fuerza y resistencia.

En este punto, toca elegir si, con todo lo que has pensado, quieres mantener la creencia que te limita o pasar a la que te ayuda. Y, en este último caso, preparar un plan de acción para dar pasos hacia la integración de esa creencia en tu vida. Por ejemplo, comprometiéndote a hacer ejercicio tres veces por semana, a tal hora, buscando rutinas por Internet.

Como puedes ver, no es complicado. Está al alcance de todo el mundo.

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Jorge Sáez Criado escritor ciencia ficción y fantasía
Seguir Jorge Sáez Criado:

Jorge Sáez Criado tiene una doble vida: unos días escribe sobre espiritualidad y otros hace sufrir a personajes imaginarios que se enfrentan a épicas batallas entre el bien y el mal. Informático durante el día y escritor durante la noche, este padre de familia numerosa escribe historias con una marcada visión positiva de la vida sin dejar de lado una de las principales funciones de la ficción: explorar la verdad.