La fiesta de Todos los Santos

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Hoy celebramos la fiesta de Todos los Santos. Y no, no voy a hacer especial referencia a esa horterada importada de Halloween ni sus imitaciones. No me interesan.
La fiesta de Todos los Santos tendría que ser un motivo de verdadera alegría y contemplación. Se trata, nada menos, que de la celebración de esa inmensa multitud que nadie puede contar y que está en la presencia de Dios. Cara a cara con Él. Santos canonizados o anónimos, da igual. Para Dios, el mismo valor tienen.
Si todos los santos existentes fueran solo los canonizados, algo habría fallado de manera estrepitosa en el plan de salvación de Dios. Pero no es así en absoluto. Y eso debe alimentar nuestra esperanza, porque todas esas personas no eran distintas en esencia a cualquiera de nosotros.
Todos los santos tienen un pasado. Todos los santos han sido pecadores. Mirad, por ejemplo, a san Agustín de Hipona. O a san Ignacio de Loyola. No fueron seres perfectos, creados como estatuas de mármol puro. Eran sujetos como tú o como … Sigue leyendo