O el amor se concreta, o no es más que una broma de mal gusto
Domingo 28. Burgos por la mañana. Un día frío. Hay un hombre tumbado dentro de un cajero. Parece dormido. No se trata de un perroflauta con nula afición al trabajo (esos suelen dormir calientes), ni de los que se dedican a robar ropa en Cáritas, ni de los que piden ya de forma hasta organizada. Quizá sea uno de tantos de los que el “estado del bienestar” ha vomitado para que otros sigan viviendo cada día más orondos y más calentitos. La gente pasa al lado. Muchos ni le miran. Otros muchos hacen como que no le ven. Como si fuera un perro muerto. Algunos se meten en el cajero para sacar dinero sin mirarle ni mediar palabra con él, ni siquiera preguntarle si está bien. Sacan su dinero y huyen. Una señora, desde fuera, comenta que, con el frío que hace, ahí dentro tiene que estar helado.
¿Dónde se escondió el amor cristiano? ¿Qué ha sido de él? Recordemos lo que nos dice el apóstol Santiago al respecto:
“Ciertamente si cumplís plenamente la Ley regia según la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, obráis bien; pero si tenéis acepción de personas, cometéis … Sigue leyendo