Eso se deduce de la siguiente noticia: Un juez federal paraliza parte de la ley que obliga en Texas a realizarse una ecografía antes de abortar. El tema está en que la ecografía se hará, pero los médicos no tendrán que describir lo que ven. La idea es que la mujer no tenga ni idea de lo que tiene dentro. No sea que, sabiendo claramente lo que es (su hijo), se dé cuenta de que el aborto no es ni más ni menos que un asesinato. El peor de ellos.
Curioso que los que enarbolan un supuesto derecho de la mujer a asesinar a su hijo no reaccionen ante esta forma de coartar el derecho de saber qué es lo que pretenden «extirparla». Está claro que la ecografía hace mucho daño a los abortistas. Mucho. Es normal que prefieran mujeres ignorantes a las que engañar más fácilmente. Y es que, la mayor parte de las veces, en una ecografía normal no se distingue nada. Si es en 3D la cosa cambia, pero en las normales es difícil si no te lo explican. Y lo saben, y no quieren que nadie les cuente la verdad. Porque el mejor aliado de los abortistas es la ignorancia.