Como cada año, se acerca la Navidad. Muchos niños, entre ellos los míos, ya han comenzado a escribir sus cartas a los Reyes pidiendo regalos.
En el fondo, en Navidad, todos esperamos tener un regalo. Los adultos también. Desde un simple capricho hasta algo verdaderamente necesario. Nos resulta incluso extraño que alguien se quede sin regalo, tan asociado lo tenemos.
Ahora bien, hay algo que hace falta, mucha falta. Y lo más curioso es que no se suele contar entre los regalos, cuando es el don por excelencia.
De hecho, es el don que dio origen a esta fiesta.
Hablo del amor.
Este regalo todos lo queremos recibir y todos lo podemos hacer. Sonreír, escuchar, acompañar… Empezando con aquellos a quienes más cerca tenemos. Dar el regalo de nuestra presencia, nuestro ser. De mostrar al otro que nos importa. Y de que nos importe de verdad, que no sea solo una pose para la foto.
Esta Navidad haz un regalo que marque la diferencia.
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