Grandes ciudades llenas de rascacielos e iluminadas por luces de neón, tecnología omnipresente, corporaciones rigiendo el destino del mundo… Ante un panorama así ¿es posible la esperanza?
¿Qué es el ciberpunk?
Lo primero que hay que responder es qué es el ciberpunk. Se trata de un subgénero de la ciencia ficción que ofrece una visión distópica del mundo caracterizada por una tecnología avanzada que lo impregna todo.
Una distopía es justo lo contrario de una utopía, es decir, un mundo indeseable, en el que entendemos que no sería bueno vivir.
Por lo general, en el ciberpunk se da un uso de la tecnología que invade todos los aspectos de la vida. También suele estar caracterizado por un bajo nivel de vida, un ambiente deprimente, claustrofóbico, en el que unas pocas corporaciones dominan el mundo en lugar de los gobiernos.
Dentro de este universo se pueden dar un cierto refugio en la tecnología. Un escape hacia el ciberespacio, robots, inteligencia artificial…
Un mundo vacío de sentido, pero con esperanza
Los mundos del ciberpunk tienen tendencia a ser agobiantes, deprimentes, vacíos de sentido. El ser humano pierde su valor ante los intereses económicos y tecnológicos. Incluso puede llegar a perder su propia identidad por el transhumanismo, los intentos de «mejorar» al ser humano mediante implantes de todo tipo e, incluso, cambios genéticos. El hombre ser convierte en un objeto.
Es una situación en la que parece que es imposible ni un mínimo atisbo de esperanza. Sin embargo, es precisamente el tipo de situaciones que mejor se presta a la esperanza: cuando parece que no es posible. Si bien es cierto que no pocos autores de ciberpunk se quedan en ese ambiente opresivo, otros (entre los que me encuentro) preferimos aportar una visión esperanzadora en la que el ser humano sigue buscando el sentido de su existencia. En la que no todos se han dejado atrapar por ese materialismo e, incluso, intentan dar marcha atrás.
Quizá sea algo inherente al ciberpunk ese planteamiento, aunque a veces solapado, sobre la esencia del ser humano.
Memorias del ocaso
En Memorias del ocaso, hago algo que no es muy común: mostrar el origen de esa sociedad futura que muestra el ciberpunk. En el primer volumen de la serie, Transferencia, tenemos a Billy y David, dos programadores que crean a Amy, una inteligencia artificial que escapará a su control. Tenemos también robots humaniformes, humanos obsesionados por la tecnología… Y a Billy y David intentando enmendar su grave error. En los siguientes volúmenes la historia irá evolucionando, tanto en el aspecto de la lucha de los dos programadores para detener a Amy como en el de la transformación del mundo de manos de la inteligencia artificial.
Pero siempre, siempre, hay esperanza.