Este año celebramos un Día de la Madre bastante atípico, pero eso no es excusa para que nuestras madres no se encuentren con el cariño de sus hijos. Al fin y al cabo, como se suele decir, una madre es algo tan especial, tan grande, tan hermoso, que hasta el mismo Dios quiso tener una. Es algo que nos tiene que hacer reflexionar y valorar a nuestras madres.
Si no vivimos ya con ella, algo tan sencillo como una llamada de teléfono o una videollamada puede marcar la diferencia entre que pase un día triste o darle una alegría. Y no, por favor, no recurras al WhatsApp. Es la cosa más fría e impersonal que te puedes echar a la cara. Con un mensajito así lo que estás diciendo es que escribes para cumplir, pero sin querer mayor implicación. No, tiene que ser algo personal.
Pero también está la suerte de poder vivir el Día de la Madre junto a los hijos. Los niños tienen una enorme inventiva y una inocencia que hace que cualquier cosita que te regalen sea como si te dieran el universo. Mis hijos han estado preparando sus regalos también. Regalos sencillos, pero con un enorme valor sentimental, porque cada vez que te hacen un dibujo, una tarjeta o cualquier otra cosa, te dan una parte de su vida, una parte de ellos mismos.
Tenemos que querer y cuidar a las madres. Están llamadas, de una forma especial y complementaria a la de los padres, a desgastarse por amor hacia los hijos.
Una madre es ese ancla, esa zona segura a la que recurrir a cualquier hora del día o de la noche. Su unión con el hijo es más que unión. Es comunión. En ella vivió el hijo al principio, desde la concepción hasta el nacimiento, compartiendo sus nutrientes, sus defensas, su vida. No es raro estar más unido a la madre que al padre, al menos y sobre todo en los primeros años de vida. Y, después, siempre ocupa un lugar especial.
¿O es que tú, cuando algo te asustaba de pequeño, no llamabas a tu madre? Porque yo sí.
Este es un día para recordar y celebrar a las madres. Tanto si ya no está junto a ti como si todavía vive. Es la excusa perfecta para pensar en todo lo que ha hecho por ti, en cómo te has portado con ella, y valorarla como se merece.
¡Feliz Día de la Madre!