
Algunos dirán que soy un fracasado.
Yo mismo me lo he dicho muchas veces.
Sin embargo, ahora pienso de otra manera.
Soy un renacido.
He fracasado una y mil veces. Y estoy seguro de que, en muchas ocasiones, seguiré haciéndolo. Pero sé que el fracaso no me define, sino la capacidad para volverme a levantar y seguir caminando y aprendiendo. La capacidad de renacer de mis cenizas.
No sigo el mismo camino que siguen todos. No me pliego a lo establecido ni a las modas. Creo mi propio camino, que muchas veces es cuesta arriba.
Creo que hay más gente como yo, aunque quizá todavía no lo sepan. Personas que se ven angustiadas por un día tras otro sin ser dueños de su propio tiempo. Atrapados por la inercia de un modo de vida supuestamente seguro y correcto según los cánones del mundo, pero que, en el fondo, querrían detener esa rueda.
Ese ciclo de inercia nos lleva a la ansiedad, a la depresión… ¡Lo he vivido!
No me avergüenzo de fracasar, porque eso quiere decir que he luchado.
Y lo seguiré haciendo.
Este manifiesto se divide en tres partes, al igual que son tres los aspectos de mi obra literaria y de mi camino en la vida: