Memento mori

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Memento mori, recuerda que vas a morir

Memento mori, aprender a vivir para aprender a morirUno de esos temas que se han vuelto casi (y sin casi) un tabú es el de la muerte. Tendemos a esconderla, a no pensar en ella, a ocultarla bajo la alfombra.

Si alguien comienza a hablar sobre el momento de la muerte, no faltará quien le diga que no mencione esas cosas.

¿El problema? Vivir como si la muerte no existiera no hace que la muerte deje de existir. Solo sirve para que no sepamos vivir.

Sin ir más lejos, uno de los métodos de discernimiento de san Ignacio de Loyola consiste en imaginarse en el momento de la muerte para, echando la vista atrás, descubrir el camino que debemos seguir.

El mismo Cristo nos recuerda en el Evangelio que tenemos que estar preparados, porque no sabemos en qué momento vamos a tener que comparecer ante el Señor. Por ejemplo, en Mateo 24, 42-51. Y, siendo realistas, siempre nos pilla por sorpresa. Incluso cuando está claro que ya nos queda poco.

No sabemos cuándo vamos a morir, pero lo que es seguro es que vamos a morir. Entonces, ¿no es preferible contar con ello en lugar de esconderse?

Meditar sobre el momento de la muerte no tiene nada de triste necesariamente. Al contrario, nos sirve como indicador de la vida que estamos llevando. Si actuamos como hijos de Dios, si cada vez que caemos nos levantamos y seguimos adelante con mayores fuerzas aún, la muerte no es algo a temer.

Es más, el mero hecho de desconocer el momento de la muerte nos ayuda a tomar decisiones. Si tengo que elegir entre A y B, y sé que al instante siguiente podría estar muerto, ¿no elegiré la mejor opción, la más cristiana?

Recuerda que vas a morir, sí. Pero también recuerda aprender a morir, que no es otra cosa que aprender a vivir, porque uno muere tal como vive. Quien lleva una vida de rechazo a Dios, tenderá a morir de la misma manera (aunque el Señor intentará hasta el último segundo, sin duda, que cambie su corazón). Y viceversa.

Después de ver a mi padre morir en una envidiable paz sujetando una estampa de la Virgen, lo tengo claro.

Nos interesa aprender a vivir para saber morir. Y aprender a morir para saber vivir. Pero eso no se consigue escondiéndose de la más mínima mención de la muerte, sino aceptando que es algo que llegará tarde o temprano y que tenemos que afrontarla de la mejor manera posible.


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Jorge Sáez Criado escritor ciencia ficción y fantasía
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Jorge Sáez Criado tiene una doble vida: unos días escribe sobre espiritualidad y otros hace sufrir a personajes imaginarios que se enfrentan a épicas batallas entre el bien y el mal. Informático durante el día y escritor durante la noche, este padre de familia numerosa escribe historias con una marcada visión positiva de la vida sin dejar de lado una de las principales funciones de la ficción: explorar la verdad.