Mentalidad de derrotado

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En un trabajo en el que estuve teníamos trabajo remoto y una sala virtual de Skype para cada equipo, para que habláramos entre nosotros.

Pues bien, resulta que un buen día, al conectarme, subí en el historial por si me había perdido alguna conversación importante.

Por lo visto, dos de mis compañeras no sabían que las conversaciones se mantenían. Y allí me encontré sus opiniones sobre mi persona y sobre mi idea de tratar de dedicarme a escribir.

Mentalidad de derrotadoTe lo resumo de una forma muy sencilla: no eran opiniones agradables.

Pero no me quiero centrar en eso. No es lo interesante.

Lo verdaderamente interesante vino después. Cuando me encontré con que la charla cambiaba de tono hacia algo como:

-La cosa es que tiene razón.

-Ya, pero es demasiado tarde.

-A estas alturas no se puede cambiar de trabajo.

Curioso, ¿verdad? Resulta que estaban de acuerdo con mis aspiraciones y mis ideas de buscar algo que realmente me llenara por dentro. Ellas querían lo mismo. Pero no lo iban a intentar. Al contrario, preferían ponerme a mí a caldo.

Tenían una mentalidad de derrotado. No habían aceptado que estaban en ese trabajo, sino que se habían resignado a estar en él. A pesar de las apariencias de que les gustaba su trabajo, en realidad no era así. Había algo más ahí escondido que no querían que saliera. Que se habían dedicado a enterrar con esas excusas de que era demasiado tarde, de que no se podía hacer.

Ni siquiera intentarlo. Resignarse a una vida que no querían sin permitirse abrir una pequeña puerta hacia la opción que llenaría sus vidas.

Mentalidad de derrotado.

¿Te gusta?

Porque yo prefiero la mentalidad de luchador.

Sin embargo, la decisión es totalmente tuya. De nadie más.

¿Luchar o resignarse? Depende de ti.

Jorge Sáez Criado escritor ciencia ficción y fantasía
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Jorge Sáez Criado tiene una doble vida: unos días escribe sobre espiritualidad y otros hace sufrir a personajes imaginarios que se enfrentan a épicas batallas entre el bien y el mal. Informático durante el día y escritor durante la noche, este padre de familia numerosa escribe historias con una marcada visión positiva de la vida sin dejar de lado una de las principales funciones de la ficción: explorar la verdad.