Bueno, aquí va una noticia que tenía que haber dado hace tiempo (desde abril, ya ha llovido). Pero ya sabéis, por vicisitudes varias al final no he podido.
El caso es que me presenté al Concurso de Microrrelatos Microcantar de Mío Cid, que convocó la asociación Ego Ruderico, y uno de los tres microrrelatos que mandé logró nada menos que un accésit (para los que no están puestos en el tema, eso quiere decir que pudo ser y no fue, que se quedó a las puertas de un premio). Siempre es una alegría ver que en un concurso no quedas mal situado. Y es otra alegría ver un relato tuyo publicado por alguien que no eres tú, ya que mi microrrelato también forma parte del libro Microcantar de Mío Cid 2012, que se puede conseguir poniéndose en contacto con la asociación.
Sin más preámbulos, aquí va mi microrrelato:
La última batalla
El Cid cabalgaba. El rey moro lo observaba desde su atalaya. «Creía que estaba muerto» pensaba, mientras un sudor frío le recorría la espalda. Con sus leales junto a él, el Cid se había lanzado contra las tropas moras provocando su huída. Reinaba en ellos el desconcierto, convencidos de que el Cid había caído por unas fiebres la noche anterior. Sin embargo, ahí estaba. ¿Era un fantasma? ¿El espíritu del Cid seguía aferrado a su cuerpo para vengarse de ellos? El moro no quiso saber más. Subió a su montura, dio media vuelta, y abandonó la batalla.