Al fraile de mirada penetrante
de las heridas de Cristo cubierto,
ante la visión del sagrario abierto
paz y alegría alumbran el semblante.
Del amor y la fe humilde gigante,
el dolor su particular desierto.
Hará más ruido que de vivo, muerto,
inmerso en Dios su corazón amante.
En sus ataques el diablo no cesa,
golpes y tentaciones se suceden,
el padre Pío el crucifijo besa.
Pío ama, sus fuerzas de él no proceden,
el amor a la Virgen lo embelesa.
Las gracias de Dios todo lo exceden.
esther
BELLO POEMA
Jorge Sáez Criado
Muchas gracias.