¿Qué formas de oración hay?

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Cinco formas de oraciónLa oración es algo vital para todo católico. Sin embargo, no todas las formas de orar son iguales. En el Youcat podemos ver que hay principalmente cinco formas de oración (bendición, adoración, petición e intercesión, acción de gracias y alabanza), que veremos a continuación en esta entrada una por una.

Bendición

Todos tenemos experiencia de la bendición que, al terminar la Misa, el sacerdote da a los fieles. Sin embargo, en lo que no solemos caer es en que no es propiamente el sacerdote el que bendice, sino que pide la bendición a Dios. Solo Dios puede bendecir.

En el caso del sacerdote, esta petición es particularmente efectiva debido al sacramento del Orden y a la oración de toda la Iglesia. Pero todos podemos y debemos pedir la bendición de Dios para nosotros mismos y para los demás.

Pero ¿qué es bendecir?

La palabra bendecir tiene distintos significados. Cuando bendecimos a Dios lo estamos alabando, reconociendo su grandeza, su misericordia, su amor. Esta alabanza permanece también en todas las demás bendiciones. En el fondo, todas son alabanza a Dios.

También puede referirse a la consagración de alguien a Dios o de un objeto o lugar para el uso litúrgico. Estas bendiciones son permanentes y solo las puede llevar a cabo alguien con autoridad eclesial para ello.

Cuando pedimos la bendición para nosotros o para otra persona lo que hacemos es pedirle al Señor todo tipo de bienes para esa persona. Que su misericordia y bondad se derramen sobre ella.

También podemos, por ejemplo, bendecir los alimentos. Así alabamos a Dios y le damos gracias por la comida que vamos a tomar.

La bendición, por tanto, siempre lleva en sí misma la alabanza a Dios y la petición de sus dones. Es un sacramental que no debemos dudar de emplear, por ejemplo bendiciendo a nuestros hijos, a nuestro cónyuge, los alimentos, a Dios…

Adoración

La adoración es el acto por el que, al darnos cuenta de la grandeza de Dios, de su infinito amor, de su misericordia, nos reconocemos criaturas necesitadas de Él y, con humildad, le ofrecemos nuestra reverencia y nuestro amor.

La postura lógica para la adoración es postrarse de rodillas, expresando así que el ser de Dios nos supera por completo y que, sin Él, no podemos hacer nada; que todo lo bueno nos viene de Él.

La humildad es la base del edificio espiritual. Si no somos capaces de vernos tal como somos, si nos creemos más de lo que somos, no dejaremos a Dios entrar en nuestro corazón. La adoración en espíritu y verdad le ofrece a Dios todo nuestro ser. Él es el Señor, la fuente de toda bondad y de todo amor.

Adorando al Señor nos «vacunamos» de adorar a otros diosecillos que intentan ocupar su puesto. Solo debemos adorar a Dios.

Petición e intercesión

La oración de petición y la de intercesión están muy relacionadas. Además son las primeras que se nos suelen ocurrir al pensar en la oración, sobre todo la de petición.

El hecho es que Dios no necesita que le pidamos nada. Él ya sabe lo que nos hace falta. Conoce a la perfección nuestros deseos, nuestras inquietudes e inseguridades.

En realidad, tampoco necesita nuestras alabanzas.

Pero nosotros sí. Es bueno que verbalicemos lo que llevamos dentro. Tanto nuestras necesidades (reales o aparentes) como nuestra gratitud.

Es bueno contárselo todo a Dios, como Padre bueno que es. De la misma manera que confiaríamos nuestros problemas a nuestro propio padre o nuestro mejor amigo, aunque ya los conozcan.

Además, al pedir nos abrimos a la omnipotencia divina. Reconocemos que Él lo puede todo. Que le necesitamos.

La oración de intercesión es lo mismo, pero pidiendo por otras personas. Tanto vivas como muertas, no debemos olvidar a quienes están en el purgatorio y podrían aprovechar nuestras oraciones por ellos para llegar antes al cielo.

Acción de gracias

Esta forma de oración también es muy evidente. Dios es el que nos da todo lo bueno, empezando por nuestra propia existencia. Todo lo hemos recibido de Él. Y, como dice el refrán, de bien nacido es ser agradecido. Por tanto, ¡qué menos que dar las gracias a Dios de todo corazón!

La mayor acción de gracias es la Eucaristía, el mayor milagro al que podemos asistir en nuestra vida. Y, con nuestra acción de gracias, nos unimos a la acción de gracias de Jesús.

Alabanza

Mediante la alabanza, glorificamos a Dios por quien es. No por lo que hemos recibido de Él, sino por su propio ser, por su bondad, por su misericordia, por su amor. Con el corazón lleno de gozo nos unimos a la alabanza de la Iglesia triunfante y reconocemos a Dios como Dios, como la fuente de todo. Como quien nos ha amado tanto que ha entregado a su propio Hijo por nosotros para hacernos hijos adoptivos.

Jorge Sáez Criado escritor ciencia ficción y fantasía
Seguir Jorge Sáez Criado:

Jorge Sáez Criado tiene una doble vida: unos días escribe sobre espiritualidad y otros hace sufrir a personajes imaginarios que se enfrentan a épicas batallas entre el bien y el mal. Informático durante el día y escritor durante la noche, este padre de familia numerosa escribe historias con una marcada visión positiva de la vida sin dejar de lado una de las principales funciones de la ficción: explorar la verdad.