Al hilo de la entrada “Aborto y criminalización“, una amiga me llamó la atención sobre la responsabilidad que podía tener el padre. Así que voy a ampliar un poco lo dicho en esa entrada.
En primer lugar, debe quedar claro que la mayor responsabilidad, la vital, la primera, es de la madre. Es ella la que va al abortorio, la que permite que descuarticen a su hijo. Sin embargo, la cosa no queda ahí. Hay más responsabilidades.
- El padre que se desentiende del niño que ha engendrado o que, directamente, también quiere eliminar. Aunque sí es cierto que, en ocasiones, los padres quieren que el niño viva y no tiene manera de conseguir que le perdonen la vida.
- El médico que decide que el dinero es más importante que la vida de un niño y que su deber de salvar vidas, y se presta al asesinato de niños en estado prenatal.
- El médico cobarde o ideológicamente carcomido, que le da a una madre la opción de matar a su hijo como si fuera la solución a algo.
- El político que degrada las leyes y las fuerza para que permitan matar impunemente a los seres humanos más indefensos.
- El votante que pone su confianza en esos políticos.
- El educador o divulgador que se salta la lógica más elemental y la ciencia más básica y afirma que el fruto de la concepción no es un ser humano.
- El comunicador a sueldo de ideologías asesinas que, por sus amos, dice lo que haga falta.
- El buenista descerebrado que cree que hay que permitir que las madres puedan matar a sus hijos para que, pobrecitos, no sufran. O para que las madres, pobrecitas, no sufran.
- El políticamente correcto, incapaz de pensar fuera de lo que esté aceptado mayoritariamente en su entorno y de rebelarse ante la brutalidad del aborto porque no es más que un cobarde.
- El que cree que es un derecho de la madre matar a su hijo aún no nacido pero, curiosamente, no aceptaría el derecho de su madre a matarle cuando ya es mayorcito y defiende esas barbaridades.
- Tú y yo, cuando podemos defender la vida y decir claro lo que es el aborto y no lo hacemos.
- Sacerdotes y religiosos que han traicionado a Aquel al que decidieron dedicar toda su persona y su vida y que califican de aceptable la eliminación de una criatura inocente, imagen de Dios.
- Quienes tienen autoridad en la Iglesia y permiten que algunos de sus pastores y religiosos hablen a favor del aborto y campen a sus anchas. Un pastor debe cuidar de su rebaño, no exponerlo a lobos que ya ni se preocupan de ocultarse bajo una piel de cordero.
Creo que soy muy claro, ¿no? Seguro que me he dejado responsables. Y, por supuesto, no todos tienen el mismo nivel de responsabilidad. Pero aquí hay para todos. Cada cual que recoja lo que le corresponde.
Ahora, lo que toca es que, si te ves reflejado en alguno de esos puntos o en algún otro que también debería estar ahí, cambies de forma que ya no puedas aparecer en esta lista.