El dolor y el gozo del Jueves Santo
Todo confluye en esta noche de misterio, gozo y dolor. Una noche que comienza con una reunión deseada desde hacía tiempo por Jesús (cf. Lc 22, 15) en la que amó a los suyos hasta el extremo (cf. Jn 13, 1). Hoy en día, ese es un mensaje duro. Jesús es un extremista, y a los católicos de hoy no nos gusta que nos llamen algo como eso. Ni extremistas, ni intolerantes, ni nada que pueda parecer que se sale de lo normalito, de lo flojo, de lo blandengue.
Jesús, en esta noche tan dura, tan tenebrosa para Él, en un alarde de Amor, nos da tres regalos:
Jesús ama hasta el extremo de darse a sí mismo como alimento espiritual en el signo del alimento físico, en la Eucaristía. Una auténtica locura de amor. Se queda permanentemente con nosotros en cuerpo, sangre, alma y divinidad hasta el final.
También instituye el sacerdocio. Otro misterio de amor en el que establece que aquellos a los que Él elija para seguir sus pasos más de cerca y hacer de pastores de su pueblo podrán hacerle presente en sus manos, en el pan y en el vino, actuando in … Sigue leyendo