Guiarse por la razón, no por los sentimentalismos
He visto que últimamente se ha hecho relativamente famosilla (bueno, lleva un tiempo revoloteando aquí y allá bajo diversas formas) una frase que dice algo así como que para ser feliz hay que pensar menos y sentir más. Y eso me ha recordado que hace ya un tiempo leí un artículo de un fraile dominico de cuyo nombre no quiero acordarme (no, en serio, ya no lo recuerdo, ni falta que hace) que decía que uno de los grandes males del mundo (incluyendo a la Iglesia, por supuesto) era pretender guiarse por la razón. Una afirmación muy triste viniendo de un miembro de una orden que ha contribuido tanto a la investigación teológica.
Vivimos en unos tiempos en los que la alergia a la razón parece haberse instalado en la mayoría de la gente. Como si, de repente, lo que nos hiciera humanos, lo que fuera la mejor guía para nuestro comportamiento, fuera seguir los sentimientos. Lo típico de sigue a tu corazón. Como si la razón fuera un enemigo a batir.… Sigue leyendo