He recibido una postal de Navidad cuyo sobre, como es normal, tiene un sello. Ese sello me ha llamado mucho la atención. Se trata de uno de la serie “valores cívicos“, en el que pone “soy lo que hago”, además de “protejamos a las personas con discapacidad”.
¿Y cuál es la pega? Desde luego, no la parte de proteger a las personas con discapacidad. El problema es esa rimbombante frase que han puesto como resumen de ese valor cívico: soy lo que hago. Esta frase reduce al ser humano a una concepción meramente utilitarista. Es lo mismo que decir que tengo valor según lo que produzca. Y nos lleva a una terrible pregunta: ¿qué pasa si no hago nada? ¿Qué ocurre con quienes están en coma, por ejemplo? ¿O en estado vegetativo? ¿Qué pasa con los niños no nacidos o con los ancianos y enfermos que no pueden, quizá, ni levantarse de la cama? Ante esa frase tan bonita que nos proponen en ese sello, tendríamos que decir que esas personas no son nada, ya que nada hacen.
Esa frase sirve como escueto resumen de los valores de los que beben nuestros gobiernos: sólo somos mano de obra. Mientras seamos útiles, servimos. Para los que no son útiles, ahí tenemos la eutanasia o el aborto.
Si no hago, no soy. Interesantes valores cívicos. Muy interesantes. Seguro que el diseñador estaba pensando en otra cosa al decidir poner esa frase. Pero se ha lucido.
Anonymous
necesito el cuento de valor cívico no los valores cívicos