Sí, soy uno de los pocos que van a opinar sobre este libro habiéndoselo leído. Según parece, me he arriesgado a mutar en un misógino violento, si hacemos caso a las opiniones que indican que “Cásate y sé sumisa” fomenta la violencia machista. Debo de ser un poco raro, porque no me ha afectado esa terrible influencia.
Comencemos por el título. Sobre si es acertado el hecho de que pueda resultar polémico no voy a entrar ahora, prefiero dejarlo para otra entrada y explayarme en ella a gusto. El hecho es que ha molestado a propios y extraños. En los extraños (a la Iglesia) es normal. Pero lo sorprendente es que a los propios también les haya molestado. ¿Nunca han leído la carta a los Efesios? ¿Nunca nadie se ha molestado en explicársela? ¿O nunca han tenido interés en saber qué quería decir lo que leían?
Ser sumiso en el contexto paulino implica estar siempre dispuesto a servir. No es ningún tipo de humillación. Como bien dice Pablo, el marido tiene que ser sumiso hacia la mujer y la mujer hacia el marido, pero cada uno con sus propias características. La mujer es la base de la familia y ama al marido como la Iglesia ama a Cristo. El marido tiene que entregar su vida por la mujer, tal como Cristo la entregó por la Iglesia. Eso también es ser sumiso. A mí me parece un concepto precioso, la verdad. Es interesante echar un vistazo a la Encíclica Casti Connubii y a la Carta Apostólica Mulieris Dignitatem para ampliar información sobre el tema. No extraigo fragmentos aquí para no hacer esta reseña demasiado extensa.
Tras ese paréntesis, volvamos al libro. Está estructurado en una serie de cartas que la autora escribe a amigos (y amigas, por supuesto) hablando sobre algún aspecto referido a la vida de pareja. A continuación de la carta, una reflexión sobre el tema del que trataba en la misiva. Todo basado en algo obvio para cualquiera que tenga algo de entendimiento: los hombres somos diferentes a las mujeres. Esos son los cimientos para desarrollar una exposición plenamente cristiana sobre el amor y cómo sostener la familia siendo su pedestal, su basamento. Desde una posición de poder al estilo feminista, no se ama, no se sostiene a la familia. Amar es servir, y eso vale tanto para el marido como para la mujer. Y eso es lo que no quiere la sociedad, que lo que prefiere es imponer su voluntad incluso a la naturaleza del ser humano.
A lo largo de todo el libro encontramos numerosos momentos de ironía acompañando a reflexiones serias y maduras. Pero no hay que tener miedo, se nota lo que es ironía y lo que no. Sobre este punto quiero decir que sí, a veces se mete mucho con los hombres. Pero se nota a la legua que, al menos en la mayoría de los casos, es algo puramente irónico o para resaltar las diferencias entre hombres y mujeres. Más aún cuando, al poco de decirle a un amigo que no le pediría ni que hiciera un filete a la plancha y menos aún cambiar un pañal, le dice que sabrá ser un maravilloso iniciador a la vida, que su hijo será afortunado, que será un modelo para él y que si es niña aprenderá cómo amar de él. Obviamente no comparte la opinión de quienes piensan que somos los hombres los que deberíamos sentirnos ofendidos por este libro.
En ocasiones su lectura se hace un poco pesada por la continua referencia a elementos de la cultura italiana o a distintas películas y canciones, que los traductores han procurado explicar a pie de página lo mejor que han podido. Aunque, por algún motivo que desconozco, se han empeñado en afirmar que la película “When Harry met Sally” se tradujo en España como “Harry y Sally” cuando, que yo recuerde, fue “Cuando Harry encontró a Sally”. Pero esto es un mal menor sin ninguna importancia.
Por otra parte, el estilo es muy directo e informal. No vamos a encontrar lenguaje técnico ni alambicado. Ni, para qué engañarnos, una calidad literaria propia de Cervantes. Pero tampoco hace falta. Es más, ese estilo tan directo lo hace más fácil de entender (siempre que se quiera entender, claro está, que es lo que ha faltado en gran medida).
Hay algunos puntos en cuya exposición no estoy del todo de acuerdo, pero lo que sí es verdad es que este libro se enfrenta con sencillez y vitalidad a los tópicos feministas. Ya sólo por eso merece la pena que haya visto la luz.
En definitiva, yo recomendaría la lectura de este libro. Es un soplo de aire fresco entre los hedores del no-pensamiento único. Sólo hay que ver esos intentos de censura sin saber siquiera lo que quiere decir el título. Ni querer saberlo.
Por cierto, ya ha salido “Cásate y da la vida por ella“. Y, por supuesto, en breve me haré con un ejemplar.