¿Queda algo del autor en su obra?
Esta es una pregunta que yo creo que todos, tanto lectores como escritores, nos hemos hecho más de una vez.
Y no es tan fácil la respuesta.
El que probablemente sea mi autor de fantasía favorito (sí, Brent Weeks) hablaba una vez de cómo, en su saga El portador de luz, que tiene como escenario un mundo en el que existe la esclavitud y está totalmente normalizada, le había escrito gente enfadada porque asumía que, si escribía eso, era porque él estaba a favor de la esclavitud.
Como es lógico, eso no se acerca a la realidad ni por asomo. Al menos, según lo que él mismo dice, pero creo que podemos confiar en él al respecto.
En mi caso, por haber escrito una novela sobre el Apocalipsis, eso no quiere decir que quiera destruir el mundo.
Sin embargo, el tono general de la novela sí habla de mí, de la esperanza que me proporciona mi cosmovisión cristiana.
De la misma manera, en mi opinión, incluso cuando alguien escribe algo, por ejemplo, solo por divertirse o, por qué no, por intentar hacer dinero, quizá los accidentes concretos del libro no concuerden con lo que el autor … Sigue leyendo