No entiendo cómo puede ser que no salten chispas de los cerebros de la gente cuando se encuentran ante absurdos como el denominar a quienes están a favor del asesinato de niños no nacidos “pro elección“. Hombre, no descubro nada a nadie si digo que ponerse ese nombre tan sólo responde a una estrategia para que parezca algo hasta honorable. ¡Fíjate, si se trata de libertad!
Pues es un absurdo como una catedral de grande, porque deberían llamarse “pro muerte”. Primero, porque son lo opuesto a los “pro vida”. Segundo, porque se supone que mi libertad acaba donde empieza la del otro (y el niño es indudablemente otro). Y tercero, porque están a favor de la elección únicamente cuando esa elección lleva a la muerte al niño no nacido. Cuando la “elección” es a favor de la vida, se convierten en terribles dictadores que no dudarán en presionar a quien haga falta para que esa elección cambie.
Y si no, que se lo digan a Nena Daconte. Resulta que la chica, embarazada ella, va a participar en el Día Internacional de la Vida. Poco han tardado los dictadores de la elección en insultarla, amenazarla con no volver a comprar sus discos, y ese tipo de lindezas. Porque la única elección que vale para ellos es la de la muerte.
Así es nuestro país. Si estás en el mundo de la cultura y no eres uno de los del montón, vas a ser perseguido y calumniado. Si eres de ellos, recibirás subvenciones, apoyo institucional y los dictadorzuelos ruidosos te tendrán mucho aprecio. Por cierto, me temo que esa situación no va a cambiar aunque ahora haya otra ceja. Lo que está detrás de las cejas parece funcionar de forma parecida.
Por ello hoy he empezado a admirar a Nena Daconte. Aquí hace falta mucho valor para tener las ideas claras y mostrarlas. Espero que no se eche para atrás ante las hordas de zombis.
Como contrapunto, una noticia que seguro que alegra a esos de la elección: “Clínicas privadas británicas practican abortos si las madres no están de acuerdo con el sexo de sus hijos“. Supongo que a eso le llamarán “buena elección” y no pondrán ninguna pega, ¿no?