Un argumento ya desgastado

publicado en: Vida cristiana | 0

Echando un vistazo a los libros que leía en mi, como me gusta llamarla, “época absurda”, me doy cuenta de que unos cuantos de ellos, incluso de los que me había quedado una buena sensación, adolecen de un argumento ya, de tan usado, desgastado. O eso debería ser, porque todavía sigue presente en infinidad de libros actuales. Me refiero, como no, a algo tan manido como las infames conspiraciones de la Iglesia.

En serio, no entiendo cómo, después de tantos años dándole vueltas a esas absurdas historias, todavía siguen atrayendo al personal. Si es que ya aburren hasta a las vacas. Casi siempre con la misma tontería: un terrible secreto que, de descubrirse, hará tambalearse los cimientos de la Iglesia. Aunque, a veces, nos sorprenden con nuevas conspiraciones a cada cual más ridícula (incluso, si es necesario, resucitando a los templarios, que siempre quedan bien en una historia de ese tipo). Y esas historias siguen vendiendo.

Por cierto, llama la atención que siempre, al decir “Iglesia”, se refieren a la jerarquía. Nunca nos incluyen precisamente a los que conformamos el tejido social de la Iglesia, los laicos. ¿Será que somos los pobrecitos engañados, a la espera de que llegue algún espabilado que descubra todo el pastel? ¿O será más bien que los que escriben esos truños no tienen ni idea de lo que es la Iglesia y sólo se quedan en cuatro tópicos, siempre los mismos, siempre sin pensar siquiera si tienen algo de sentido?

En fin, pues nada, supongo que seguiremos viendo terribles conspiraciones eclesiales en los libros. Es lo que vende. Pero a mí que no me busquen por ese camino, que no me van a encontrar.

Jorge Sáez Criado escritor ciencia ficción y fantasía
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Jorge Sáez Criado tiene una doble vida: unos días escribe sobre espiritualidad y otros hace sufrir a personajes imaginarios que se enfrentan a épicas batallas entre el bien y el mal. Informático durante el día y escritor durante la noche, este padre de familia numerosa escribe historias con una marcada visión positiva de la vida sin dejar de lado una de las principales funciones de la ficción: explorar la verdad.