¿Por qué es importante meditar y contemplar la Biblia?

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La Biblia, la mayor carta de amor jamás escritaUna de las principales características de mis libros de vida católica es que tienen una fuerte base bíblica. De hecho, en la mayoría de ellos parto de pasajes de las Escrituras para, a continuación reflexionar sobre ellos trayéndolos a la vida actual, buscando las lecciones que nos pueden enseñar en nuestros quehaceres diarios. Y, finalmente, añado una meditación o una contemplación para ayudar al lector orante a introducirse más aún en ese pasaje y en sus enseñanzas.

Conocer la Biblia es algo fundamental. No concibo ser cristiano sin tener amor por la palabra de Dios. Sin querer ahondar en ella. Esto es así por varios motivos:

  • La Biblia es la palabra de Dios. Es, junto a la Tradición apostólica, la forma en la que el Señor ha querido transmitirnos su doctrina, su mensaje. En ella vemos reflejado cómo ha ido preparando el terreno, trabajando con paciencia para que fueramos avanzando moralmente a nuestro ritmo. Desde una cierta moral colectiva a la plenitud del amor incluso al enemigo, que encontramos ya perfilado en el Antiguo Testamento, pero mucho más explícito en el Nuevo.
  • La Biblia es una carta de amor de Dios. En ella nos va mostrando hasta qué punto nos ama, hasta qué punto quiere nuestra salvación. Vemos de forma muy gráfica cómo nos daña alejarnos de Él, buscar otros dioses. Cómo, incluso tras una infinitud de traiciones, sigue manteniendo su alianza con nosotros. Dios es un dios de elección. Elige a un pueblo, elige a sus profetas, elige a sus discípulos… Y nos elige a cada uno de nosotros para formar parte de la Iglesia, de forma personal, no como si fueramos una masa humana, sino por nuestro nombre y apellidos.
  • La Biblia es letra viva. No es como un libro cualquiera, que te lo lees y ya está. La Biblia, leyéndola desde el mismo espíritu con el que fue escrita, el Espíritu Santo, nos habla directamente a cada uno en nuestras circunstancias. Sea de la época que cada uno sea, de cualquier cultura y estrato social. La Palabra tiene algo que decirnos. Pero, para poder encontrarlo, debemos hacer una lectura orante. Debemos meditar sus pasajes, detenernos en los que más nos llenen, en esos puntos que parecen escritos para nosotros en el estado en el que nos encontramos. Leerlos una y otra vez, abrirnos al Espíritu, dejar que nos transforme por dentro. La Biblia no se agota nunca, siempre es nueva y antigua.
  • La Biblia nos aporta un ancla, un enlace a los acontecimientos que relata, a sus protagonistas, en los que podemos vernos reflejados. Más aún, por medio de la contemplación podemos vivir esas situaciones para que nos aporten todavía más provecho espiritual. No se trata de una espiritualidad desencarnada. Al contrario, la fe cristiana está radicada en la realidad que vivimos. En nuestras dificultades e incoherencias. No somos espíritus puros, como los ángeles, sino que somos cuerpo y alma. De ahí la importancia de los sacramentos, que nos introducen en la acción divina mediante elementos físicos.

Meditar y contemplar la Biblia puede ayudarnos a vivir con mayor intensidad la fe, a estar más cerca de Dios, a encontrarnos con el Señor en todas las cosas. Merece la pena leerla y releerla, siempre con espíritu de oración.

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Jorge Sáez Criado escritor ciencia ficción y fantasía
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Jorge Sáez Criado tiene una doble vida: unos días escribe sobre espiritualidad y otros hace sufrir a personajes imaginarios que se enfrentan a épicas batallas entre el bien y el mal. Informático durante el día y escritor durante la noche, este padre de familia numerosa escribe historias con una marcada visión positiva de la vida sin dejar de lado una de las principales funciones de la ficción: explorar la verdad.